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Expertos calculan que 61.600 europeos podrían haber muerto en las olas de calor del verano pasado


FOTO DE ARCHIVO: La bombera forestal del Infoca, el Servicio de Extinción de Incendios Forestales de Andalucía, Isabel María Moreno, de 50 años, durante un entrenamiento diario con sus compañeros, bajo el fuerte sol, durante la primera ola de calor d

Por Gloria Dickie y Kate Abnett

LONDRES/BRUSELAS, 10 jul (Reuters) – Según un nuevo estudio, unas 61.000 personas podrían haber muerto en las sofocantes olas de calor del verano pasado en Europa, lo que sugiere que los esfuerzos de los países para prepararse contra el calor se están quedando cortos.

El estudio, realizado por investigadores de institutos de salud europeos, calcula que más de 61.600 personas murieron por causas relacionadas con el calor en 35 países europeos entre finales de mayo y principios de septiembre de 2022, durante el verano más caluroso registrado en Europa.

El estudio, publicado el lunes en la revista Nature Medicine, reveló que los países mediterráneos —Grecia, Italia, Portugal y España— registraron la mayor tasa de mortalidad según el tamaño de su población.

“El Mediterráneo está afectado por la desertificación, las olas de calor se amplifican durante el verano debido a estas condiciones más secas”, afirmó Joan Ballester, coautor del estudio y profesor del Instituto de Salud Global de Barcelona.

En un verano en el que los países europeos se vieron afectados por intensos incendios y sequías, Portugal registró una temperatura máxima de 47 ºC en julio, justo por debajo de la temperatura más alta registrada en el país, de 47,3 ºC en 2003.

En cifras absolutas, Italia, España y Alemania fueron los países que donde más vidas se perdieron a causa del calor, con 18.010, 11.324 y 8.173 muertes, respectivamente.

A medida que el cambio climático provocado por el hombre eleva las temperaturas, las olas de calor son cada vez más frecuentes y graves. El calor extremo puede causar la muerte por insolación o agravar las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, siendo las personas mayores las más vulnerables.

Los investigadores utilizaron modelos epidemiológicos para analizar cuántas muertes podrían relacionarse directamente con el calor, de entre todas las muertes excesivas que los países europeos registraron el verano pasado, una tasa de exceso de mortalidad inusualmente alta.

Tras las mortales olas de calor que asolaron Europa en 2003, algunos países, entre ellos Francia, introdujeron planes nacionales para hacer frente a las intensas temperaturas, entre cuyas medidas figuraban sistemas de alerta precoz y más espacios verdes en las ciudades.

Pero, según los investigadores, el elevado número de víctimas mortales del año pasado sugiere que estas estrategias se están quedando cortas y deben reforzarse urgentemente.

“Es una indicación para esos países de que necesitan revisar sus planes y ver qué es lo que no está funcionando”, dijo Chloe Brimicombe, científica del clima de la Universidad austriaca de Graz.

(Reporte de Gloria Dickie, Kate Abnett, información adicional de Riham Alkousaa, edición de Alexandra Hudson, editado en español por José Muñoz)

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